lunes, 4 de junio de 2012

COMUNICADO DE LA PLATAFORMA

COMUNICADO DE LA PLATAFORMA DE PROFESORES Y MAESTROS INTERINOS DE MADRID SOBRE EL RUMBO QUE HA TOMADO EL CONFLICTO EDUCATIVO


      Después de meses de lucha hay algo evidente: la educación pública agoniza y los despidos de miles de profesores son ya una realidad (despidos que se incrementarán el próximo curso). Además, los funcionarios docentes de carrera no las tienen todas consigo, ya que se prevén bajadas de sueldo y una muy probable  reforma de la ley de la Función Pública, que podría abrir las puertas al despido de funcionarios. Sería ahora el momento propicio para intentar parar todo esto con una huelga indefinida en enseñanza antes de que acabe este curso, pero las perspectivas no son nada halagüeñas, puesto que en los distintos colectivos cunde el pesimismo y el pensamiento de que ya nada se puede hacer.

      Todos tenemos claro quién es el enemigo: Esperanza Aguirre, Wert, en definitiva, el Partido Popular y su política neoliberal. Quieren acabar con la educación pública, fomentar aún más la enseñanza concertada y privada, y que en este país sólo estudien quienes se lo puedan permitir económicamente.

      Sin embargo, dentro de nuestras filas existen colectivos o, al menos, cierto número de miembros pertenecientes a estos, que aceptan la situación como algo ya inevitable e incluso, en algunos casos, han contribuido a frenar esa marea de miles de personas que han defendido la educación pública.

      En primer lugar están los sindicatos, los cuales han mantenido una postura timorata y poco o nada contundente. En realidad, han contribuido a frenar una huelga de larga duración en la enseñanza, argumentando que los profesores no estaban dispuestos a hacerla. Pero una huelga no sólo se convoca, sino que hay que trabajarla. Estos sindicatos nuestros únicamente saben sentarse a negociar, pero la lucha sindical es mucho más; deberían volver la vista atrás, al siglo XIX y la primera mitad del XX, y  aprender de quienes les precedieron en esa lucha. Los sindicatos deberían espabilar, porque también a ellos se les están acabando los privilegios que han tenido desde la Transición.

      Otro grupo lo forman los funcionarios docentes de carrera. Es un colectivo muy diverso, dentro del cual nos encontramos incluso con votantes del PP, pero que difícilmente pueden defender lo que está haciendo este partido. Tal vez, la mayoría de los funcionarios piense que los recortes sólo se van a centrar en los interinos y que con ellos no se van a atrever. Por ello, una huelga indefinida es algo que no entra dentro de sus cálculos, además de que “no se la pueden permitir”, según se argumenta con frecuencia. Sin embargo, corren rumores de bajadas de sueldo y el Gobierno airea en los medios de comunicación que el sector público está sobredimensionado. En un futuro muy próximo asistiremos a la reforma de la ley de la Función Pública, en la que se abrirá, con toda seguridad, la puerta al despido de funcionarios.

      Por último, están los interinos, los más afectados por el momento. Dejando a un lado a todos aquellos compañeros que han ido a la huelga y que han estado presentes en las movilizaciones, hay que decir que la mayoría de los interinos no ha movido un dedo. Existe dentro de este colectivo una sensación de derrota, de aceptación callada del hecho de que si no están ya fuera de la enseñanza pública, lo estarán en breve. Esto no contradice que muchos de ellos se aferren a la pobre esperanza de que en el próximo curso, si no consiguen una vacante, al menos sí tendrán la posibilidad de hacer sustituciones o les darán alguna jornada parcial. Pobre ilusión, porque con toda seguridad esos puestos los ocuparán los funcionarios en expectativa. Aún así, la mayoría de integrantes de este colectivo tampoco está dispuesto a hacer una huelga indefinida antes del que acabe el curso (ya que, entre otras razones también peregrinas, “no se la pueden permitir”); sin embargo, esta huelga indefinida ahora es el último cartucho que les queda a los interinos, porque la mayoría no va a estar en el comienzo del próximo curso y ya será tarde para ellos para luchar por su puesto de trabajo.

      En conclusión, el futuro de la enseñanza pública y de sus trabajadores no es nada optimista. La enseñanza pública agoniza, no sólo por la fuerza del enemigo, sino, sobre todo, por la falta de concienciación y unidad de sus trabajadores y por la inacción de los sindicatos. REQUIESCAT IN PACE.


NUESTRA PLATAFORMA NO SE RINDE 
OS ANIMAMOS  A TODOS A QUE OS UNÁIS 
   Y SIGÁIS LUCHANDO  
POR LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y NUESTROS PUESTOS DE TRABAJO

¡HUELGA INDEFINIDA YA!





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