Reportaje de P. ÁLVAREZ / I. SANTAEULALIA - Madrid - 30/10/2011 en El País
Tres de los cinco profesores que denunciaron en EL PAÍS que impartían materias que no eran su especialidad han sido trasladados de centro por la Consejería de Educación
En el argot docente se llaman materias afines desafinadas. Las imparten profesores que no son especialistas. No existe una cifra concreta de cuántos son. Según la Consejería de Educación, es un número "ínfimo" entre los más de 17.000 docentes de secundaria. La asociación mayoritaria de directores denunció a finales de septiembre "el aumento" de estos casos, una realidad que no es nueva este curso. La presidenta regional Esperanza Aguirre aseguró públicamente que era "mentira y una falsedad que hubiera profesores que impartan asignaturas en las que no son especialistas". Y amenazó a quienes lo hicieran: "Si alguien da una materia que no es afín a su especialidad, irá a la inspección y se le caerá el pelo". EL PAÍS publicó el pasado 2 de octubre cinco casos de profesores con esta circunstancia. Tres de ellos han sido trasladados de centro, con la correspondiente queja de una de las afectadas, de los padres del instituto de otra y del claustro de profesores compañeros de un tercero. María Jesús Sánchez, profesora de Música y licenciada en Matemáticas, de 35 años, empezó el curso en un instituto de Fuenlabrada con un horario que incluía 9 horas de Geografía e Historia, 10 de Música y 1 de Medidas de Atención al Estudio (MAE). Al día siguiente de la publicación del artículo, la directora de su centro le dijo que había recibido unas instrucciones de la Consejería para cambiarla de instituto, según relata Sánchez. Pasaron dos semanas sin noticias. Y después la trasladaron a Aranjuez. Está embarazada, tiene una niña pequeña y vive en Usera. Se presentó en la Dirección de Área Territorial Sur para preguntar si no habría otra posibilidad, porque su nuevo destino está a una hora y media de su domicilio en transporte público. Entra a las 8.30. Sale a las 7.00 de casa. Le dijeron que no. Va a suplir una baja hasta febrero, cuando dará a luz.
"A mí no me han hecho firmar nada, no me he sentido coaccionada ni amenazada, pero me han cambiado de centro por hablar. No quería hacer daño a nadie, solo decir lo que estaba pasando", dice. "A quien perjudica todo esto es a los alumnos, a los que dejé en Fuenlabrada y a los de Aranjuez, que han empezado con un profesor, ahora me tienen a mí y en febrero volverán a cambiar". Un portavoz de la Consejería de Educación niega que se haya expedientado a los docentes. "Lo que se ha hecho, cumpliendo con la obligación ante una denuncia pública, es atender la solicitud de los profesores que han manifestado estar dando clases de asignaturas que no son afines a su especialidad y para las que afirman no estar preparados". Juan José Fernández (42 años) contó en el reportaje que es profesor de Matemáticas pero completaba su horario con Educación Plástica Visual, una asignatura que ya había impartido antes. "No tengo el mismo nivel que si lo diera un especialista, pero me fascinan los lenguajes visuales. Puede que lo haga bien", valoró entonces este docente, que entonces impartía toda su jornada en el IES Vallecas Magerit. Ni él ni los otros tres protagonistas de la historia han querido hacer declaraciones. El 27 de octubre, Fernández presentó un recurso ante Educación en el que denuncia que "sin ningún tipo de explicación o justificación" se le trasladó a un segundo centro para completar su horario. Da clases en horario diurno en su viejo instituto y en el nocturno en el IES Rey Pastor, donde también imparte seis horas de Tecnología, según su denuncia, que tampoco es una materia afín de acuerdo con la normativa. Según Educación, su horario completo es de Matemáticas. El claustro de profesores del Magerit aprobó un escrito de respaldo el pasado miércoles en el que muestra su preocupación por "las presiones injustificables" a las que consideran que se ha sometido a este docente. "Este tipo de actuaciones no ofrecen ninguna garantía para el profesorado", critica Paco García, responsable de Educación del sindicato CC OO, el mayoritario en la enseñanza pública madrileña. "Consideramos que son represalias porque coinciden con profesores que han salido en los medios contando la verdad", añade. La Asociación de Madres y Padres de Alumnos del IES Gustavo Adolfo Bécquer (Algete) le ha enviado una carta a la consejera de Educación Lucía Figar pidiéndole explicaciones por el "repentino desplazamiento" de Sonia Ures, que imparte clases desde hace tres años en este centro, que era su destino definitivo. Esta profesora de Educación Física de 39 años contó que aprendería Biología con sus alumnos para atender las prácticas de laboratorio en 1º de la ESO durante tres horas semanales. Desde la Consejería señalan que "se le ha asignado un destino donde imparte clases de su especialidad". Según los padres, tendrá que dar clases en dos institutos de San Sebastián de los Reyes. "Los más perjudicados son nuestros hijos", señala el AMPA, que pide la "reincorporación inmediata" de Ures. Es tutora de un curso en el que los alumnos "tendrán que adaptarse a un nuevo profesor después de casi mes y medio de clase", según el AMPA, igual que sus antiguos alumnos de Educación Física. Juan José Talavera, profesor de Música que imparte también Lengua en un instituto en Carabanchel, admitía a EL PAÍS no tener "ni la experiencia, ni los recursos didácticos" para su segunda asignatura. Es licenciado en Periodismo y, según Educación, se le asignó un grupo de 1º de la ESO en el que "puede impartir lengua cualquier profesor de letras y maestros generalistas de primaria". Al día siguiente de la publicación del reportaje, Talavera firmó una carta en la que admitía el horario y añadía que impartir cinco horas de su asignatura en otro instituto con el curso empezado "perjudica más que favorece a la organización del centro". El quinto protagonista, Javier Rodrigo, es profesor de Inglés e imparte Ciencias Sociales y Lengua para alumnos de 4º de diversificación, que reciben un temario básico por ir más atrasados. La directora de su instituto, en Alcalá de Henares, firmó una carta al día siguiente del reportaje en la que contaba que el profesor no había puesto "ningún impedimento a ocupar esta plaza cuando se le hizo entrega del horario"
Tres de los cinco profesores que denunciaron en EL PAÍS que impartían materias que no eran su especialidad han sido trasladados de centro por la Consejería de Educación
En el argot docente se llaman materias afines desafinadas. Las imparten profesores que no son especialistas. No existe una cifra concreta de cuántos son. Según la Consejería de Educación, es un número "ínfimo" entre los más de 17.000 docentes de secundaria. La asociación mayoritaria de directores denunció a finales de septiembre "el aumento" de estos casos, una realidad que no es nueva este curso. La presidenta regional Esperanza Aguirre aseguró públicamente que era "mentira y una falsedad que hubiera profesores que impartan asignaturas en las que no son especialistas". Y amenazó a quienes lo hicieran: "Si alguien da una materia que no es afín a su especialidad, irá a la inspección y se le caerá el pelo". EL PAÍS publicó el pasado 2 de octubre cinco casos de profesores con esta circunstancia. Tres de ellos han sido trasladados de centro, con la correspondiente queja de una de las afectadas, de los padres del instituto de otra y del claustro de profesores compañeros de un tercero.
María Jesús Sánchez, profesora de Música y licenciada en Matemáticas, de 35 años, empezó el curso en un instituto de Fuenlabrada con un horario que incluía 9 horas de Geografía e Historia, 10 de Música y 1 de Medidas de Atención al Estudio (MAE). Al día siguiente de la publicación del artículo, la directora de su centro le dijo que había recibido unas instrucciones de la Consejería para cambiarla de instituto, según relata Sánchez. Pasaron dos semanas sin noticias. Y después la trasladaron a Aranjuez. Está embarazada, tiene una niña pequeña y vive en Usera. Se presentó en la Dirección de Área Territorial Sur para preguntar si no habría otra posibilidad, porque su nuevo destino está a una hora y media de su domicilio en transporte público. Entra a las 8.30. Sale a las 7.00 de casa. Le dijeron que no. Va a suplir una baja hasta febrero, cuando dará a luz.
"A mí no me han hecho firmar nada, no me he sentido coaccionada ni amenazada, pero me han cambiado de centro por hablar. No quería hacer daño a nadie, solo decir lo que estaba pasando", dice. "A quien perjudica todo esto es a los alumnos, a los que dejé en Fuenlabrada y a los de Aranjuez, que han empezado con un profesor, ahora me tienen a mí y en febrero volverán a cambiar".
Un portavoz de la Consejería de Educación niega que se haya expedientado a los docentes. "Lo que se ha hecho, cumpliendo con la obligación ante una denuncia pública, es atender la solicitud de los profesores que han manifestado estar dando clases de asignaturas que no son afines a su especialidad y para las que afirman no estar preparados".
Juan José Fernández (42 años) contó en el reportaje que es profesor de Matemáticas pero completaba su horario con Educación Plástica Visual, una asignatura que ya había impartido antes. "No tengo el mismo nivel que si lo diera un especialista, pero me fascinan los lenguajes visuales. Puede que lo haga bien", valoró entonces este docente, que entonces impartía toda su jornada en el IES Vallecas Magerit. Ni él ni los otros tres protagonistas de la historia han querido hacer declaraciones.
El 27 de octubre, Fernández presentó un recurso ante Educación en el que denuncia que "sin ningún tipo de explicación o justificación" se le trasladó a un segundo centro para completar su horario. Da clases en horario diurno en su viejo instituto y en el nocturno en el IES Rey Pastor, donde también imparte seis horas de Tecnología, según su denuncia, que tampoco es una materia afín de acuerdo con la normativa. Según Educación, su horario completo es de Matemáticas. El claustro de profesores del Magerit aprobó un escrito de respaldo el pasado miércoles en el que muestra su preocupación por "las presiones injustificables" a las que consideran que se ha sometido a este docente. "Este tipo de actuaciones no ofrecen ninguna garantía para el profesorado", critica Paco García, responsable de Educación del sindicato CC OO, el mayoritario en la enseñanza pública madrileña.
"Consideramos que son represalias porque coinciden con profesores que han salido en los medios contando la verdad", añade.
La Asociación de Madres y Padres de Alumnos del IES Gustavo Adolfo Bécquer (Algete) le ha enviado una carta a la consejera de Educación Lucía Figar pidiéndole explicaciones por el "repentino desplazamiento" de Sonia Ures, que imparte clases desde hace tres años en este centro, que era su destino definitivo. Esta profesora de Educación Física de 39 años contó que aprendería Biología con sus alumnos para atender las prácticas de laboratorio en 1º de la ESO durante tres horas semanales.
Desde la Consejería señalan que "se le ha asignado un destino donde imparte clases de su especialidad". Según los padres, tendrá que dar clases en dos institutos de San Sebastián de los Reyes. "Los más perjudicados son nuestros hijos", señala el AMPA, que pide la "reincorporación inmediata" de Ures. Es tutora de un curso en el que los alumnos "tendrán que adaptarse a un nuevo profesor después de casi mes y medio de clase", según el AMPA, igual que sus antiguos alumnos de Educación Física.
Juan José Talavera, profesor de Música que imparte también Lengua en un instituto en Carabanchel, admitía a EL PAÍS no tener "ni la experiencia, ni los recursos didácticos" para su segunda asignatura. Es licenciado en Periodismo y, según Educación, se le asignó un grupo de 1º de la ESO en el que "puede impartir lengua cualquier profesor de letras y maestros generalistas de primaria". Al día siguiente de la publicación del reportaje, Talavera firmó una carta en la que admitía el horario y añadía que impartir cinco horas de su asignatura en otro instituto con el curso empezado "perjudica más que favorece a la organización del centro". El quinto protagonista, Javier Rodrigo, es profesor de Inglés e imparte Ciencias Sociales y Lengua para alumnos de 4º de diversificación, que reciben un temario básico por ir más atrasados. La directora de su instituto, en Alcalá de Henares, firmó una carta al día siguiente del reportaje en la que contaba que el profesor no había puesto "ningún impedimento a ocupar esta plaza cuando se le hizo entrega del horario"
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