La primera fisura de su estrategia está en la propia reforma laboral. Pretenden disfrazarla de justa y necesaria, cueste lo que cueste. Pero ni una cosa ni la otra, la reforma es tan injusta, tan desequilibrada y antisocial, que es prácticamente imposible hacerla pasar por lo contrario, por más que sus palmeros mediáticos dediquen horas y horas de radio y TV, pseudo-debates, portadas, redes sociales, etc… a intentar lavar el cerebro a la manipulable masa acrítica que deambula por este país. Por cierto, ¿tanto apoyo es gratis? La publicidad es muy cara. Y al PP le están haciendo una campaña publicitaria de primer nivel…¿gratis? Quizá sepamos el precio acordado cuando veamos algunos cargos que se tienen que asignar, empezando por EFE o RTVE.
Juegan con el miedo, sin escrúpulos de ningún tipo. Saben que el miedo paraliza, como el veneno de algunas serpientes, y quieren aprovecharlo para colarnos una aberración esclavista que nada tiene que ver con las cifras del paro. El paro sólo es la excusa perfecta. Hasta ellos admiten que la reforma no creará empleo. Es más, lo destruirá casi con toda seguridad. Pero el motivo de esta reforma sí tiene que ver con cifras, aunque no sean las del desempleo. Más bien tiene relación con esas cifras -ya de por sí llenas de ceros- que tienen las cuentas de sus amigos de la CEOE (en paraísos fiscales, claro. lo de “arrimar el hombro” queda para los pobres, eso de pagar impuestos es de pringaos ). Abrir la brecha entre ricos y pobres, para que el poder de los ricos sobres los pobres sea el mayor posible. No es sólo cuestión de dinero. Sobre todo es cuestión de poder.
La piedra angular de la campaña del PP, que va a ir incrementando su intensidad a medida que se acerque el ‘Día D’, es atacar a los sindicatos. Desprestigiarlos, descalificarlos y desacreditarlos (más si cabe). Pues bien, ahí reside su segunda fisura estratégica. Porque manda narices, hace falta ser torpe… Hablemos claro: Con lo mal que lo han hecho los sindicatos, con la cantidad de argumentos que vienen dando desde hace años para criticarlos, con todos los puntos débiles por donde se les puede atacar (que no voy a ser yo quién los diga aquí, al enemigo ni agua…) han ido atacar por donde más fácil es rebatir las críticas: por un lado las famosas subvenciones y los liberados, y por otro su falta de independencia de partido políticos y su ‘compadreo’ con el PSOE.
Las dichosas subvenciones. Bien. Yo soy el primero que quiere sindicatos autónomos y autofinanciados. Pero, amigos neoliberales, no se puede criticar a los sindicatos por estar subvencionados, cuando resulta que los primeros que reciben dinero público, mucho dinero público, son el propio PP… y la CEOE. Sí, la patronal, a la que no se critica por ello, recibe el doble de dinero en subvenciones que CCOO y UGT juntos. Con el agravante de que al menos, los sindicatos usan parte de ese dinero público para defender (con mayor o menor fortuna) los servicios públicos y los funcionarios. Mientras que la CEOE recibe un dinero de todos que utiliza para potenciar el sector privado y desmantelar el sector público, el mismo que le paga las subvenciones. Así que antes de criticar, harían bien en mirarse el ombligo, porque no se puede estar poniendo la mano y criticar al de enfrente por hacer lo mismo. Ligado a esto va siempre la crítica a los liberados sindicales, insistente y reiterada. Pues mire usted, sorpresas te da la vida, resulta que la CEOE tiene más “liberados” que los sindicatos. En concreto, hay 8 empleados de la CEOE por cada liberado sindical. Y como sabemos que la patronal recibe dinero público, es de suponer que a esos “liberados patronales” los pagamos entre todos. Pero de esos no se habla, porque no interesa. Volvemos a tener un serio problema de vista y ombligos.
Segunda crítica, la independencia. De nuevo, soy el primero que quiere sindicatos independientes. Pero a lo que no estoy dispuesto es a soportar demagogias de a peseta el manojo. ¿Que los sindicatos tienen vínculos con partidos políticos? Claro… ¿y la CEOE y el PP, acaso no tienen vínculos? ¿Es la CEOE independiente del PP, y vicecersa? ¿Pero qué broma es ésta? Como si no fuera evidente que, si la patronal ha dado largas a la negociación colectiva durante meses, ha sido porque sabía que el PP iba a ganar las elecciones y le convenía esperar a que sus socios estuvieran en el poder. O que la reforma laboral estaba pactada por ambos de antemano, mientras la CEOE se sentaba cínicamente a simular una negociación con los sindicatos, a sabiendas de que el PP le iba a dar todo lo que pidiera por el “democrático” método del rodillo parlamentario.
Así que, señores del PP y la CEOE, acepten un modesto consejo: Si quieren atacar a los sindicatos, háganlo. Pero no lo hagan por hacer exactamente lo mismo que hacen ustedes, porque además de hipócrita y demagógico, es ridículo.
A mí me trae sin cuidado el reloj de Méndez. Me importa bien poco cómo pasa sus vacaciones Toxo. No apoyo a las cúpulas de los sindicatos mayoritarios, y creo que son en gran parte responsables de la falta de conciencia de clase de este país. Pero es que ése no es el tema, ni debe ser motivo para no apoyar una huelga totalmente justa y justificada. Además, también convocan esta huelga otros sindicatos como CGT, Solidaridad Obrera o CNT (que ni recibe subvenciones ni tiene liberados), así que el que no quiera sumarse a la convocatoria de CCOO y UGT, puede hacerlo a la de alguno de los otros, con su conciencia tranquila. Porque lo importante esta vez no es con quién vamos, sino contra qué vamos. Contra una reforma injusta dirigida a cargar todos, absolutamente todos los esfuerzos sobre el trabajador, que para colmo es quien menos culpa tiene de la situación actual. Que nadie pierda de vista que nos enfrentamos al mayor ataque a los trabajadores y clases medias que ha visto nuestra joven (y deficitaria) democracia.
Iré a la huelga general. Pero no por Toxo, ni por Méndez, ni muchísimo menos por el PSOE. Iré por mí y por mi compañeros, por nuestros derechos, por nuestra dignidad como trabajadores. Iré por los que lucharon antes que yo, por los que se partieron la cara para que ahora tengamos esos derechos. ¿O alguien cree que las condiciones que tenemos (jornada de 8 horas, vacaciones pagadas, permisos de maternidad, seguridad social, etc…) han caído del cielo y han existido siempre? No padre. Estos derechos se conquistaron, uno por uno, y costaron sacrificios y sangre. Por respeto a los que lucharon por ellos, no puedo quedarme de brazos cruzados mientras nos los quitan. Y también iré, por supuesto, por los que vendrán después de mí, a los que no quiero tener que explicar en un futuro que ellos viven peor de lo que viví yo, porque fuimos unos cobardes resignados que no quisimos defender lo que teníamos.
¿De verdad estáis dispuestos a mirar dentro de unos años a la cara a los niños de hoy y decirles: “Os toca pelear por unos derechos que vuestros abuelos ya tenían, pero nosotros nos dejamos quitar”? Yo desde luego, no. Si les tengo que decir que no logré defenderlos y me los quitaron, sea. Pero decirles que no quise hacerlo y los regalé… de eso ni hablar. Si quieren mis derechos, que vengan a por ellos. No los voy a entregar en bandeja de plata.
Por eso yo, el 29 de marzo, a la huelga general. Allí nos vemos.
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