Publicado por el diario
El Mundo:
“Situación de los colegios e institutos
- El aumento de la ratio de alumnos, uno de los recortes que más preocupa.
- Este curso se pasa de 25 a 30 alumnos en Primaria y de 30 a 36 en Secundaria.
- Se acaba con desdobles y atención a alumnos con necesidades especiales.
Elena Mengual | Luis
Núñez-Villaveirán | Madrid
Sábado 30/06/2012
"¿Hasta que punto podemos
sacar de nuestras reservas manteniendo el mismo entusiasmo y vinculación?
¿Hasta qué punto estoy quemando los recursos?". Son preguntas que se hace Mario López, con la perspectiva que le
dan 35 años como docente en la enseñanza pública. Actualmente dirige el IES
Diego Velázquez de Torrelodones (Madrid), que cuenta con 1.200 alumnos y 96 docentes, y que el
próximo curso ofrecerá un Bachillerato de Excelencia. Un centro que podría
decirse ejemplar.
Aunque comprensivo con la
situación que atraviesan las arcas públicas, le preocupan las consecuencias que
puedan traer los recortes
"si se aplican como una matemática pura". Y es que, explica,
institutos grandes como el suyo podrán asimilar, por ejemplo, el incremento de las ratios. "Si en
vez de 29 alumnos hay 35, estarán más apretados. Pero podría asumirlo matizando
las normas de convivencia", hasta ahora muy flexibles y una de las señas
de identidad del centro.
"Invertir en educación es caro, pero no
invertir es carísimo"
Cosa distinta, cree, sucedería en
centros más pequeños, donde los profesores ya están saturados de trabajo, y que
podrían dejar de impartir las dos
modalidades de Bachillerato, o en institutos que, con una ratio baja, ya
tienen dificultades. "La Consejería debe analizar cada caso y dotar de
recursos a los centros con mayores dificultades. De lo contrario, se registrará
un problema grave de resultados y de
convivencia".
Así, afirma, en clases con 35
alumnos, el estudiante 'estándar' podrá seguir consiguiendo "objetivos
razonables". No así los alumnos que estén en los extremos campana, por
excelentes o porque requieran especial atención. "En esos casos, el
profesor no podrá atenderles".
Disminución de docentes y sustituciones
Como en tantos otros, en el Diego
Velázquez los profesores han ampliado su
jornada para suplir a los nueve
docentes que han perdido. "Los chicos no lo han notado. Incluso hemos
podido mantener los desdobles, aunque a costa de sacar de nuestras reservas.
¿Hasta que punto podemos sacar de nuestras reservas manteniendo el mismo
entusiasmo y vinculación?".
A juicio de López, la Administración ignora "la calidad de las personas que tiene. En su
inmensa mayoría es gente muy comprometida". Así, lamenta las críticas que señalan que los docentes trabajan
pocas horas o abusan de las bajas médicas, y que han llevado a la
Administración a no cubrir las ausencias
inferiores a 15 días.
"Soy profesor de
Tecnología, no puedo dar Latín o Ciencias"
"En un colectivo de 100
personas, pueden existir dos o tres que tengan un comportamiento escasamente
ético [...] Lo que pasa es que en 35 años a mí se me escapa que no se haya
podido inventar un sistema que verdaderamente persiga y sancione a las personas
que están actuando así. Si es un 2%, ¿no será más fácil actuar, incluso con
dureza, contra las personas?".
Rechaza también la convención de que los profesores trabajan poco.
"Yo invitaría a quienes dicen que vivimos bien a meterse en una clase de
3º cinco horas al día. El docente tiene que conseguir que 30 chavales le hagan
caso, estén atentos, aprendan la materia y se tranquilicen cuando ya llevan
cuatro horas de clase. La tensión es constante. Al acabar la jornada, está
agotado. ¿Podría hacer otro tipo de
trabajo, más horas? Sí, pero no dar clase".
Aumento de la ratio y las horas lectivas
Fernando Arribas es profesor de tecnología en el IES María Guerrero de Collado Villalba (Madrid). Este curso, con el mismo número
de alumnos (950) cuenta con 63 profesores, 16 menos que el año anterior. Lo
que ha significado un incremento del horario lectivo del equipo, en detrimento
de las horas complementarias, ésas que emplean para proyectos, reuniones de
equipo o para atender las guardias
-algunas veces con un solo docente para todo el centro-, las bibliotecas o
a las familias.
En concreto, en el caso de
Fernando, que es miembro de la junta directiva de Ciudadanos por
la Educación Pública, el incremento de las horas le ha obligado a
abandonar el Programa Ecoescuela, de
sensibilización y respecto al medio ambiente.
"Llegará un momento en que no habrá
más madera. Ni más voluntad"
"Los nuevos recortes suponen
casi un golpe de gracia a la educación pública", asevera. Y basa su
afirmación en hechos como que no se sustituyan los 15 primeros días de una
baja, de modo que tendrá que ser cubiertas con los compañeros. "Yo
soy profesor de Tecnología, no puedo dar Latín o Ciencias. Se cae por su propio
peso".
Pero, sin duda, lo que más le
preocupa es el incremento de la ratio, que ha acabado con los desdobles de
Ciencias, y que considera inviable en materias como la suya. "En clase de
tecnología se utilizan soldadores,
taladradoras, quirograbadores... Herramientas 'a priori' seguras, pero si
cuentas con medios adecuados, entre ellos, grupos de alumnos no numerosos.
Tienes que sopesar si asumir ese riesgo
de sufrir un accidente con 35 personas en el aula, cuando casi no ven el
suelo. Invito a las autoridades educativas a venir y ver la viabilidad de
impartir tecnología en estas condiciones".
Arribas advierte de los
resultados a largo plazo de estas políticas. "Los recortes suponen
hipotecar el futuro de los alumnos. Un pueblo no formado es un pueblo a
expensas de un destino que no es el que queremos para él". En su opinión,
menos inversión en educación se traduce en más analfabetismo, fracaso escolar y
delincuencia. "Lo que dejemos de invertir en educación habrá que invertirlo
después en seguridad, en cárceles... Invertir en educación es caro, pero no
invertir, es carísimo".
'Economía de guerra'
Emilia Alonso, directora del CEIP Antonio Machado de Collado
Villalba (Madrid) lidia cada día con los recortes. Lo hace aplicando lo que
ella denomina "economía de guerra", basada en la reutilización y el
reciclaje. "La economía de un centro de Primaria se parece mucho a una
economía doméstica: el hermano pequeño hereda la ropa del mayor. Aquí no se desperdicia nada. Somos los
reyes de la reutilización y el reciclado antes de que se inventaran las
palabras. Y ahora mucho más".
"Lo público es mejorable, pero
imprescindible"
En lo que va de 2012, no han recibido "ni un solo euro de este
ejercicio", y da gracias por que el mantenimiento básico, como la luz
o el gas, corra por cuenta del ayuntamiento. En el caso de su centro, con un
importante número de alumnos de familias con pocos recursos, uno de los
recortes que más le afecta es el descenso en las partidas destinadas a ayudas y
becas. A lo que se suma el problema de los retrasos a la hora de percibir el
dinero.
Y es que aún no han recibido los
10.000 euros de becas de comedor del curso anterior, ni las ayudas de este año.
"Eso quiere decir que de aquí a
junio habremos adelantado más de 23.000 euros. Si nuestros recursos son de
por sí escasos, además estamos adelantando a la empresa de comedor esa
cantidad. Lo hacemos, en primer lugar, porque los niños becados tienen que
comer, y porque, si dejamos de pagar, la empresa de comedor, una empresa
pequeña y familiar, se vendría abajo".
'Fuga' a los concertados
Pero el recorte que más preocupa
a Emilia no es económico, sino humano: el recorte de alumnado. "Sin
necesidad de ampliar el número de plazas, se han concertado colegios de nuestro
entorno. Además, a estos centros se les da mayor apoyo, por ejemplo, con el
tema de las evaluaciones externas. Sólo sirven para elaborar un 'ranking' que
se usa de forma interesada. No se hace un análisis que tenga en cuenta las
circunstancias más difíciles de nuestro centro, ni se aumentan los recursos en
vista de esto". "Es un ataque directo: cada vez más dificultades y menos
recursos para afrontarlas".
"Si el recorte se hace como una
matemática pura provocá daños importantes"
A. M. E., director de un colegio del oeste de Madrid, que prefiere
que no aparezca su nombre, ha perdido este curso a la profesora de
compensatoria y a la de apoyo infantil, a pesar de que por número de alumnos
con necesidades especiales le corresponde. "Extraoficialmente, nos han
recortado un tercio a la profesora de audición y lenguaje, porque ahora tenemos
que compartirla con otro centro. Eso no figura como recorte. Yo he accedido
porque conozco el otro colegio y las necesidades que tiene, pero estamos dejando
de atender a niños de nuestro centro". Además, la reducción de la atención
a alumnos con problemas de aprendizaje no sólo les afecta a ellos, sino que se
convierte en un lastre para el resto de la clase.
Interinos, un 'secuestro laboral'
El colectivo de interinos ha
sufrido 3.000 despidos este curso por el incremento de las horas lectivas de
los docentes titulares. Mónica es una de ellos. Ha aprobado tres veces las oposiciones, sin obtener plaza. Cada año
su destino depende de una lista, que hasta ahora se movía relativamente rápido.
"Desde 2006 he ido enlazando un contrato con otro, hasta este año. Hay
personas que llevan 10 años trabajando para la administración, y ahora se han
quedado fuera. No es un despido, es que no te vuelven a contratar. Pero no
puedes aceptar otro trabajo. Porque si le dices 'no' a la lista de interinos,
decaes y tienes que esperar a la proxima oposición. Es un secuestro
laboral".
"¿Por qué un interino se
queda sin plaza aprobando oposición? Porque las políticas de recorte se aplican
hace tiempo: no amortizando jubilaciones y priorizando la apertura de colegios
concertados, muchos en terreno público". "La lista de espera de los
públicos implica a veces que te concedan uno más lejano. En lugar de asumir esa
demanda ampliando las plazas, se conciertan centros, por lo que termino
llevando a mis hijos al concertado. Es una trampa".
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