Tras la prohibición de la DAT-Este, de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, del Festival de música organizado por los jóvenes estudiantes de Alcalá y su comarca, y a pesar de la campaña de presión y represión contra la libertad de expresión y el derecho a discrepar: con la retirada de carteles de los centros, por ejemplo, y la presión a los directores y a profesores comprometidos con la educación pública; los alumnos, y algunas organizaciones que acudieron en su axilio, cuando se les prohibió el uso de instalaciones escolares, ejerciendo su derecho a opinar sobre su futuro, decidieron recabar la autorización de Delegación de Gobierno para reunirse en el Parque O’Donnell la semana siguiente, en un sanísimo ejercicio democrático del que la sociedad debería sentirse orgulloso (así como de su comportamiento cívico y ejemplar, durante el propio concierto). Pues bien, dado que el Gobierno de Esperanza Aguirre al no tener la potestad para oponerse a una reunión autorizada por la Delegación de Gobierno, el órgano competente, la Consejería se buscó la manera de boicotear el acto a través del Gobierno Municipal complutense.
Y, así, olvidándose de que es el alcalde de todos los alcalaínos, Bartolomé González se negó a prestar un solo recurso a los jóvenes y a las entidades ciudadanas que se lo solicitaban, a pesar de ser los dueños de dichos recursos.
Por eso, la Asamblea de Profesores de Alcalá, denuncia que mientras se ceden parcelas de terreno público y recursos millonarios a entidades privadas (como es el caso del Alborada); a las de titularidad pública se les niega una simple línea de corriente eléctrica para alimentar los equipos (práctica común en cualquier evento público):
El Ayuntamiento negó, primero, haber recibido ninguna solicitud, pero se disponía de la copia del fax enviado; luego, adujo dificultades técnicas que hacían imposible el suministro, pero, como se ve en la foto adjunta, el cuadro eléctrico está situado apenas a unos dos metros del escenario.
Comparen los ciudadanos esta resistencia con la generosidad hacia los peregrinos de agosto, y saquen sus propias conclusiones; para Bartolomé González y su gobierno hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda categoría, es evidente.
El Ayuntamiento negó, primero, haber recibido ninguna solicitud, pero se disponía de la copia del fax enviado; luego, adujo dificultades técnicas que hacían imposible el suministro, pero, como se ve en la foto adjunta, el cuadro eléctrico está situado apenas a unos dos metros del escenario.
Comparen los ciudadanos esta resistencia con la generosidad hacia los peregrinos de agosto, y saquen sus propias conclusiones; para Bartolomé González y su gobierno hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda categoría, es evidente.
COMUNICADO DE LA ASAMBLEA DE PROFESORES DE ALCALÁ DE HENARES Y COMARCA
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